La trituración como método aplicable a los pollitos
¿Es legal en la Unión Europea la trituración de los pollitos?
El Reglamento (CE) nº 1099/2009 del Consejo, de 24 de septiembre, relativo a la protección de los animales en el momento de la matanza, impone el aturdimiento de los animales que se maten (art. 4.1), excepto para aquellos animales “que sean objeto de métodos particulares de sacrificio prescritos por ritos religiosos” (art. 4.4).
El Anexo I de dicho Reglamento establece una lista de métodos de aturdimiento, los cuales se dividen en métodos mecánicos, eléctricos, de gas y otros distintos.
Entre los métodos mecánicos se encuentra la trituración, cuya descripción, según el Reglamento, es la “trituración inmediata de todo el animal”, previsto para los “polluelos de hasta 72 horas y huevos embrionados”.
En el apartado 2 del Capítulo II de dicho Anexo, se determinan los requisitos específicos para la trituración, consistentes en que “este método triturará instantáneamente y matará de forma inmediata a los animales”.
Para ello, “el aparato dispondrá de cuchillas trituradoras de rotación rápida accionadas mecánicamente, o de protuberancias de poliestireno”.
Añade dicho apartado que “la capacidad del aparato deberá ser suficiente para matar instantáneamente a todos los animales, incluso si su número es elevado”.
¿Qué dice al respecto la Organización Mundial de Sanidad Animal?
Por su parte, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) prevé la trituración como método de matanza en el Capítulo 7.6 del Código Sanitario para los Animales Terrestres.
En el art. 7.6.9 de dicho Código, sobre la trituración, se establece que tal procedimiento consistirá en la “utilización de un aparato mecánico con cuchillas o protuberancias rotativas” que “tritura y provoca la muerte inmediata de las aves de corral de un día y huevos embrionados” (apartado 1º).
Asimismo, se establece, como uno de los requisitos, que “al introducir las aves se deberá evitar que el aparato se atasque o que los animales reboten en las cuchillas o se asfixien antes de ser triturados” (apartado 2º, letra b).
Como «ventajas», se señala que “el procedimiento provoca la muerte inmediata” y que “se pueden sacrificar muchos animales y muy rápidamente”, resultando un “método adecuado para la matanza de pollitos de un día y huevos embrionados” (apartado 5º).
Para la OIE, la trituración se prevé únicamente para pollitos de un día, a diferencia del Reglamento de la UE, que también aplica la trituración a los polluelos de hasta 72 horas de vida.
¿Y por qué se trituran los pollitos si apenas tienen, máximo, 72 horas de vida?
Los pollitos que se trituran son los machos, pues no resultan rentables para las granjas porque no ponen huevos y porque tampoco engordan lo suficiente como para producir carne (destino que sí tienen los pollos broiler, por la rapidez de crecimiento conseguida a través de años de selección genética).
Existe un método diseñado por investigadores alemanes que permite determinar el sexo de los polluelos solo nueve días después de que el huevo haya sido fertilizado, es decir, mucho antes de que eclosione.
De este modo, los huevos fecundados masculinos dejarán de ser incubados y serán destinados a la industria de alimentos para animales.
Se calcula que, solo en Alemania, se matan al año 45 millones de pollos machos. Para eliminar esta práctica, este nuevo sistema ya se ha comenzado a aplicar en algunas granjas de Alemania.
No obstante, hasta que este procedimiento se extienda, la realidad es que millones de pollitos macho serán enviados a una trituradora a las pocas horas de haber nacido.
Así será porque la legislación permite la trituración de estos animales.
Hasta que la tecnología lo convierta en innecesario o hasta que nos replanteemos la relación que tenemos con los animales.
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Este artículo también está disponible en la web del Consejo General de la Abogacía Española.
