La violencia sexual contra animales existe. ¿Lo sabías?
Sí.
Así es.
Existe.
Los abusos sexuales contra los animales constituyen un tipo de maltrato cruel y atroz, no solo por los daños físicos, sino también porque implican un menosprecio absoluto hacia la dignidad del animal que los sufre.
Y no creo que como sociedad debamos seguir banalizando o quitando importancia a este problema que, además, tal y como demuestran diversos estudios, se encuentra estrechamente relacionado con la violencia contra humanos.
En los últimos años han salido a la luz en España diversos casos de bestialismo, que es el nombre que recibe la violencia sexual contra animales, y cada vez más países han modificado sus legislaciones para incluir la penalización de tales prácticas.
Tal contexto dio lugar a la tipificación de la explotación sexual de animales en el Código penal español a través de la reforma operada por el legislador en 2015.
No obstante, las preguntas que debemos hacernos son: ¿es esta reforma suficiente?, ¿al fin se encuentran los animales verdaderamente protegidos frente a los abusos sexuales?
He tenido la maravillosa oportunidad de dar respuesta a estas preguntas en el libro «Violencia sexual contra animales», en el cual analizo tanto el derecho penal español como el derecho penal francés, para identificar los avances y las limitaciones de la legislación española, tanto individualmente como en comparación con la regulación existente en Francia, país que históricamente ha influenciado en gran medida el ordenamiento jurídico español.
El libro ha sido publicado por el Servei de Publicacions de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y forma parte de la colección «Derecho Animal», una colección promovida y coordinada por el International Center for Animal Law and Policy (ICALP), de la Facultad de Derecho de la UAB.
Puedes encontrarlo en Amazon, Unebook.es y Google Play Books.